Racing y River se cruzaron en el Cilindro por los octavos de final del Torneo Clausura en un partido que tuvo tensión ritmo y un marco imponente
La Academia llegó en alza y con el empuje de su gente mientras que el Millonario buscaba un triunfo que lo sacara de un momento complicado.
A los 3 minutos Racing ya golpeó. Una presión alta bien ejecutada terminó en un centro desde la izquierda que Santiago Solari conectó de cabeza para poner el 1 a 0 y desatar el delirio en Avellaneda. El arranque marcó el tono del partido: Racing intenso y agresivo River incómodo y sin claridad para sostener la pelota.
Con el correr de los minutos el equipo de Costas se mostró más sólido. Recuperó rápido presionó coordinado y atacó con criterio sobre todo por los costados. River intentó reaccionar pero le costó generar situaciones limpias y cada avance dependía más de arrestos individuales que de funcionamiento colectivo.
Racing también sufrió una baja inesperada antes del inicio. Facundo Mura quedó afuera por una sobrecarga muscular y fue reemplazado por Gastón Martirena que respondió con solvencia en un duelo exigente. Además volvió a la titularidad Santiago Sosa quien jugó con una máscara protectora tras una intervención reciente en el rostro y aportó equilibrio en la mitad de la cancha.
El arbitraje estuvo a cargo de Facundo Tello en un encuentro de alto voltaje que no dio respiro. Hubo roces discusiones y momentos calientes pero Racing mantuvo la calma y sostuvo su idea hasta el final.
Con este triunfo la Academia avanza a los cuartos de final y alimenta la ilusión de pelear el torneo. El equipo muestra madurez compromiso y una identidad clara que se reafirma en los partidos decisivos.
Para River la derrota significa un golpe fuerte. El equipo no logra salir de su crisis futbolística y queda nuevamente en deuda en una instancia eliminatoria. Deberá recomponer su funcionamiento y su confianza pensando en lo que viene.
Foto: Prensa Racing Club.
Informa: Juan Donadio Paz.
