Los de Xavi suman la segunda victoria en dos partidos en la Liga, después de un gran duelo en el Estadio de la Cerámica, con goles de De Jong, en el inicio del segundo tiempo, y Memphis y Coutinho, en el tramo final
Trabajada y masticada victoria del Barça a domicilio por 1-3, la primera en Liga en el primer desplazamiento con Xavi Hernández como entrenador. Fue en La Cerámica, estadio fetiche para los culés en los últimos años, superando al Villarreal en un encuentro que se desencalló en el tramo final. Memphis, con una genialidad, y Coutinho, de penalti en el añadido, decantaron la balanza tras el empate de Chukwueze, que igualó un tanto inicial de De Jong tras el descanso.
No habían pasado ni cinco minutos y Abde, que ya se había ido un par de veces de Pedraza con mucha facilidad, rozó el 0-1. Fue en un saque de esquina que el extremo cabeceó solo y Rulli tocó lo justo para desviarlo al travesaño. Fue la primera, pero no la más clara del Barça en unos primeros 20 minutos en los que los azulgranas merecieron ponerse en ventaja clara tras sendos remates fallidos de Memphis y un chut cruzado de Gavi que también tocó en la madera y se fue fuera.
Al Villarreal le costó comprender que podía hacer daño al Barça por el costado defendido por Eric García. Y eso que un error del defensa estuvo a punto de convertirse también en el 1-0 para los locales. El ex del City se la regaló a Danjuma y su tiro lo sacó Piqué a lo apagafuegos y con la mano. Ni lo vio Soto Grado ni lo miró el VAR. O al menos decidieron que la posición de la mano del central era natural cuando fue al suelo.
El Barça se gustó en el arranque del partido, pero terminó perdidísimo el primer tiempo. Del ‘show’ de un gran Frenkie de Jong se pasó a un dominio abrumador del Villarreal, que tuvo el empate en dos cabezazos a saque de esquina a cada cual más claro. Tras el de Yéremy, Pau Torres no aprovechó la nefasta salida de Ter Stegen y cabeceó directamente fuera con todo a favor y sin portero. No fueron las únicas llegadas, Danjuma y Pedraza echaron el cierre al primer acto con dos ocasiones tan claras como mal defendidas por los de Xavi.
La segunda mitad empezó de forma inmejorable para los intereses azulgranas. Pese a que la jugada había sido anulada en un primer momento por un posible fuera de juego de Memphis en un centro lateral de Alba, De Jong cazó un rebote en el área pequeña y avanzó a los de Xavi (0-1, min 48). Pese al gol, el Barça no terminó de dominar el partido a través del balón y el Villarreal frecuentó el área azulgrana durante algunos minutos. A falta de menos de media hora para la finalización del partido, Dembélé sustituyó a Abde (min. 66) y Mingueza entró por Alba (min. 71), que tuvo que abandonar el campo por lesión.
El equipo local continuó presionando, acompañado por un Estadio de la Cerámica que se volcó a animar, y Trigueros tuvo una gran ocasión con un remate al primer toque dentro del área azulgrana que salió rozando el larguero. Instantes más tarde, el Villarreal recuperó un balón en campo contrario y elaboró una gran jugada al primer toque que Chukwueze culminó con un disparo ajustado lejos del alcance de Ter Stegen (1-1, min. 76). A falta de 10 minutos para el final, Coutinho entró por Nico.
Tuvo que aparecer Memphis a falta de tres minutos para sacar petróleo de un tiro largo de Ter Stegen. Un pelotazo, sí. Desencalló el portero, se lo creyó el neerlandés que marcó un tanto de crack, sorteando al portero, perfilándose y tirando por debajo del las piernas de Estupiñán.
Ya en el añadido, Coutinho, esta vez sí, logró la sentencia transformando un penalti que le habían hecho a él mismo. Y hasta tuvo el cuarto en una chilena.
Sin prisa pero sin pausa, Xavi va cambiando cosas y parece que una de ellas también es la suerte de un club que dejó de estar gafado en La Cerámica.
Fotos: FC Barcelona
Twitter: @alexgomezse
