José Meza
En una tarde memorable en el Estadio Alfredo Harp Helú, las Diablas Rojas del México lograron una contundente victoria de 7-1 sobre las Sultanes de Monterrey, consolidando su dominio en la serie y deleitando a una afición que vibró con cada jugada.
Desde el inicio del encuentro, las Diablas demostraron una ofensiva implacable. En la primera entrada, la jardinera central Jazmyn Jackson abrió el marcador con un doblete al jardín derecho, impulsando a Stefania Aradillas desde la segunda base. Este temprano golpe estableció el tono del partido y puso a las Sultanes a la defensiva.
La ofensiva capitalina continuó su embestida en la tercera entrada. Con dos corredoras en base, la primera base Elizabeth Robert conectó un cuadrangular monumental por el jardín izquierdo, ampliando la ventaja a 4-0. Este batazo resonó en todo el estadio y dejó claro que las Diablas estaban decididas a asegurar la victoria.
Por su parte, la lanzadora abridora de las Diablas, Ilaria Cacciamani, mostró un dominio absoluto desde el montículo. A lo largo de seis entradas, permitió solo una carrera y limitó a la ofensiva regia a cuatro imparables, ponchando a siete bateadoras. Su control y precisión fueron fundamentales para mantener a raya a las Sultanes.
Las Sultanes intentaron reaccionar en la quinta entrada, cuando su bateadora designada, Baylee Klingler, conectó un sencillo que impulsó a Alexandra Piña, anotando la única carrera para el equipo visitante. Sin embargo, este esfuerzo fue insuficiente ante la sólida defensa y el pitcheo efectivo de las Diablas.
En la sexta entrada, las locales sellaron su triunfo con un rally de tres carreras. Destacó un triple de Elisa Cecchetti, quien impulsó a dos corredoras, seguido de un sencillo de Leannelys Zavas que trajo la séptima carrera al plato. Este despliegue ofensivo desató la euforia entre los aficionados presentes.
El relevo de las Diablas también estuvo a la altura. Yamerki Guevara subió al montículo en la séptima entrada y, con una actuación impecable, retiró en orden a las últimas tres bateadoras de las Sultanes, asegurando la victoria sin mayores complicaciones.
Con este resultado, las Diablas Rojas del México no solo reafirmaron su supremacía en la liga, sino que también enviaron un mensaje claro a sus rivales sobre su intención de luchar por el campeonato. La combinación de una ofensiva poderosa y un pitcheo dominante las convierte en un equipo formidable y favorito en la contienda.
La afición, que llenó las gradas del Estadio Alfredo Harp Helú, despidió a su equipo con una ovación de pie, reconociendo el esfuerzo y la entrega mostrada en el diamante. Las Diablas, por su parte, agradecieron el apoyo incondicional y prometieron seguir brindando actuaciones de alto nivel en los próximos encuentros.
Este triunfo no solo suma una victoria más en la temporada, sino que también fortalece la moral del equipo de cara a los desafíos venideros. Las Diablas Rojas del México han demostrado que tienen el talento y la determinación necesarios para enfrentar y superar a cualquier adversario que se les ponga enfrente.
La temporada aún es joven, pero con actuaciones como la de hoy, las Diablas están cimentando un camino que bien podría llevarlas a la gloria del campeonato. El béisbol es un deporte impredecible, pero una cosa es segura: con este nivel de juego, las Diablas Rojas del México serán un contendiente difícil de vencer en cualquier escenario.
La próxima serie las enfrentará a las Tigresas de Quintana Roo, un desafío que sin duda pondrá a prueba su racha ganadora. Sin embargo, si mantienen el nivel mostrado ante las Sultanes, las perspectivas son más que alentadoras para el conjunto escarlata.
