Claudia Estévez
La discontinuidad que se está produciendo en el torneo femenino puede provocar un efecto negativo en su crecimiento
La pasión que levanta el torneo masculino aún está lejos del que suscita el femenino y, a pesar de que en cada competición emergen jóvenes tenistas, hay quien se pregunta qué le está pasando al tenis femenino.
El pasado 19 de octubre la tenista italiana Flavia Penneta en la entrevista concedida al diario italiano ‘Corriere della Sera’ se mostró molesta por la victoria de Emma Raducanu en el US Open y su primer Grand Slam.
No es que le irritara que la estadounidense se consagrara como la mejor tenista del US Open, sino que, en los tiempos en los que ella competía, “nunca habría pasado que una chica de la previa, como Emma Raducanu en Nueva York, hubiera ganado un Grand Slam”.
A la italiana cada vez que le gusta menos el circuito WTA y, a pesar de que puede provocar una oleada de críticas hacia su persona con estas declaraciones, estoy totalmente de acuerdo con ella.
Es cierto que es emocionante ver cómo una joven de 18-19-20 años muestra un nivel de tenis excelso y logra eliminar ronda a ronda a las máximas aspirantes al trofeo, pero nos hace ver que ya no están presentes en el circuito las tenistas que años atrás sí marcaban las diferencias.
Emma Raducanu y Leylah Fernández en el pasado Open de Estados Unidos asombraron al mundo entero, pero como ha manifestado Penneta, “una campeona de Grand Slam no puede desaparecer en el aire” y es precisamente lo que ha ocurrido en Indian Wells.
Se esperaba de ellas que exhibieran el tenis que ya habían destapado el torneo anterior, pero no lo lograron. Raducanu cayó en primera ronda ante Aliaksandra Sasnovich por 6-2 y 6-4 y Leylah Fernández perdió en octavos por 6-2, 1-6 y 6-7(4) contra Shelby Rogers.
Por último, Penneta considera que aún estas jóvenes tenistas “deben consolidarse más en la élite para que se les valore como estrellas» y que, aunque ella nunca estuvo entre las mejores del circuito, se mantuvo quince años al máximo nivel.
Gran parte de culpa de que consideremos que el torneo WTA decepciona la tenemos los aficionados a este deporte.
No existen dos tenistas iguales que nos hagan disfrutar como ya hicieron en su época Steffi Graf, Martina Navrátilová, María Sharápova o Serena Williams y, por tanto, no podemos exigir que todas las participantes estén siempre al mismo nivel y que no sufran altibajos.
Foto: @usopen
Twitter: @clauestevez5
