María González, conocida cariñosamente como «La Fuerza Ecuestre», ha cautivado los corazones de los aficionados al levantamiento de pesas en todo el país

Su historia inspiradora y su indiscutible talento la han catapultado al estatus de leyenda viva del deporte. Desde sus inicios humildes hasta su ascenso triunfal en los escenarios internacionales, María ha desafiado las adversidades y se ha forjado un camino lleno de éxitos.

Desde que dio sus primeros pasos en el mundo del levantamiento de pesas, María González dejó claro que estaba destinada a grandes cosas. Su tenacidad y su compromiso incansable la llevaron a entrenar incansablemente, día tras día, perfeccionando su técnica y fortaleciendo su cuerpo. Cada repetición, cada levantamiento, fue un paso más hacia su sueño de convertirse en la mejor.
El ascenso meteórico de María González en la escena internacional no pasó desapercibido. En los Juegos Olímpicos de Río 2016, logró una hazaña sin precedentes al conquistar la medalla de oro en la categoría de 63 kg. Su actuación dominante dejó al mundo boquiabierto, mientras María rompía récords y levantaba cargas que parecían imposibles. Aquel momento histórico marcó el comienzo de una era dorada para el levantamiento de pesas en Ecuador.
Pero María no se conformó con un solo logro. Su sed de triunfo la llevó a conquistar múltiples campeonatos mundiales y continentales en los años siguientes. Récord tras récord, María González demostró su supremacía en la categoría de peso, dejando una marca imborrable en la historia del deporte ecuatoriano. Su imponente presencia en el escenario, su determinación inquebrantable y su capacidad para superar obstáculos la convirtieron en un ícono para toda una generación de jóvenes atletas.
Además de sus logros deportivos, María González es admirada por su humildad y su espíritu de servicio. Fuera de las competencias, dedica tiempo a motivar a las nuevas generaciones.