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La eliminación del Junior en los pies de «Severos sinvergüenzas»

CORRESPONSAL AG DEPORTES

Ludwin Venera

Profesional en Comunicación Digital y analista de prensa y comunicaciones con la Universidad Tecnológica Latinoamericana en Línea (UTEL), con 5 años de experiencia en periodismo de análisis e investigación. Corresponsal Ag Deportes Colombia

La eliminación del Junior de Barranquilla evidenció desorden e indisciplina al interior de la institución. Los vieja guardias no suman, restan ¿Por qué desobedecen a todo técnico que llega?


El Junior de Barranquilla perdió puntos importantes en el campeonato, cambio de director técnico.  En medio de un campeonato que empezaba a mejorar, las polémicas indisciplina salieron a la luz y quedó un victimario. Pero, la eliminación del Junior tiene claros culpables por «Severos sinvergüenzas».

Puedes leer: Junior salió de un «piripi» como Sandoval y a los demás los sancionará

Primero, salió Arturo Reyes prácticamente por la parte de atrás de la institución, después llegó Hernán Darío Gómez y deja en evidencia ante los medios de comunicación el mal estado físico de los jugadores. Sin embargo, cuando todo marchaba bien, nuevamente la indisciplina apareció dejando huellas y hasta un «santo palomo» fuera del club.

La salida de Luis «El Chino» Sandoval era la prueba de las exigencias del técnico antioqueño, pero como habíamos comentado, fue una tristeza (Puedes leer: Los tomadores del Junior que se declaran inocentes). El Bolillo sabía que había perdido un hombre de confianza en un momento clave.

A pesar de ello, el resto de jugadores que acompañaron al exdelantero del Junior no fueron sancionados, todo esto en una situación en la cual los tiburones debían ganar en la última fecha ante Atlético Huila. Efectivamente, el perdón les dio el resultado esperado, pero no fue suficiente para lograr la clasificación.

Los jugadores son pecadores que no aceptan sus pecados

A pesar de evidenciarse un semestre mal jugado, donde se armó una plantilla para estar jugando la fase de grupos de la CONMEBOL Sudamericana y no clasificar a los cuadrangulares, son los jugadores los primeros molestos con las críticas de la hinchada, pero, ¿Quién tiene la culpa de estos malos comportamientos?

Hace tiempo, se habla de un punto de quiebre entre los directores técnicos de cualquier club y sus jugadores en el fútbol moderno, este es la contratación y lo garantía que tienen los jugadores con este para exigir un lugar en el primer equipo.

En el caso particular del fútbol colombiano, es el del sindicalismo de los futbolistas. El cual se usa más para pedir descansos y agrupaciones en contra del técnico que llegue con ganas de trabajar y así sacarlo que para exigirle resultados a los jugadores.

Evidentemente, esto genera una situación incómoda para cualquier entrenador, ya que ante cualquier eventualidad negativa que pase con el equipo, es la «cabeza» o cargo del técnico la que está en juego. Se dice que en los pasillos de la sede del Junior y en los entrenamientos, el portero Sebastián Viera es quien protagoniza estos malos comportamientos, por ello, es uno de los que piden los hinchas que ya renuncié.

La hipótesis universal que posiblemente genera la desobediencia en el fútbol

Los jugadores se han convertido en el mundo del fútbol en una «inversión» o activo para los clubes. Está hipótesis nace desde la cabeza de las organizaciones, la FIFA. Hoy en día los ingresos de este deporte por publicidad no vienen de realizar torneos, son más los que llegan por la calidad de futbolistas que se hacen famoso por los resultados.

Es desde ese momento que el futbolista pasa de ser un humano, a un objeto de uso comercial, donde su nombre y su estilo de juego, es el atractivo para llenar a las federaciones u organizaciones asociadas a la FIFA de mucho dinero.

En el fútbol europeo, los jugadores lo han criticado por la cantidad de juego y el poco descanso que tienen, lo que para ello afecta el rendimiento. Aún en esas circunstancias, el rendimiento de los deportistas no disminuye o se evidencia tal efecto. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, se habla de los jugosos salarios que ganan los futbolistas.

La hipótesis particular en el caso Junior de Barranquilla y la posible relación con la eliminación de la Liga Betplay I

No es un secreto que el principal factor que le critican a los jugadores del cuadro Barranquillero es su rendimiento y la indisciplina mostrada cuando reciben jugosos salarios. Todo ello sin contar, los ingresos extras por publicidad.

La eliminación del Junior no pasa por una mala situación económica. Sus dueños, la casa Char, tienen en la costa caribe colombiana un poder político y económico fuerte, como dueños del club saben que un puente importante para mantener su posicionamiento es armarlo con grandes jugadores e inclusive con títulos.

Se ha evidenciado también en su momento como Julio Comesaña termina aliviando los problemas de camerino. De hecho, terminan pasando cuando llega a los finales de temporada como algo desapercibido.

Ahora, la existencia del VAR limitó muchas acciones extrañas que se presentaban en el Fútbol Profesional Colombiano. Situación que ha permitido que equipos con poco pulmón financiero, permitan ocupar lugares importantes en el ámbito internacional. Es decir, que la estrategia terminará siendo la de jugar bien ¡Si o si!

Lo peor de la difícil situación pasa ahora más por la mente de los jugadores que las mismas directivas. Se acabo el paño de lágrimas de Comesaña y todo parece indicar que al Bolillo le dieron libre albedrio. -Ahora sí, manda el DT-. Como dijo Carlos «El Pibe» Valderrama en una entrevista en el año 2017 -Toca hacer en el Junior barre e jobo-.

Con Quintero se perdió la plática y no se ganó nadita

Un afán por ir a jugar un partido amistoso con la Selección Colombio y con conocimiento previo de una lesión mal diagnosticada por los médicos del Junior de Barranquilla, desmejoraron la recuperación del jugador. Uno piensa que, con la experiencia que tiene, debía aceptar en su momento que no estaba en condiciones.

Al final, asistió a la convocatoria y prácticamente no jugó en el semestre. El ex-DIM sólo anotó un gol y sin jugar gozó de un salario aproximado de 1 mil millones de pesos colombianos por mes. Uno de los más altos en la historia del fútbol colombiano.

Con conocimiento propio que las causas que desmejoraron su estado físico venían derivadas por el afán de jugar con la tricolor, como «Severo sinvergüenza» se molesta con la hinchada. Dijo en una entrevista para Revista Semana El Pibe Valderrama –La hinchada no se toca– Pero, el jugador antioqueño se molesta con «el pobre sueldecito» que está recibiendo.

Conclusiones 

La falta de autoridad en el fútbol debe acabar, el fútbol colombiano a nivel internacional, hablando de clubes, exige buenas participaciones en torneos internacionales. Para ello, el problema se debe solucionar de raíz. Es decir, en los vestuarios.

Es allí, donde los «Severos sinvergüenzas» se convierten en uñas y mugre para disimuladamente sacar al técnico. Por eso es importante la autoridad, que los jugadores se ganen su lugar en el once ideal encuentro tras encuentro, y no condicionado en el escritorio.

Si el jugador no juega bien, no debería jugar. La eliminación del Junior tiene está misma contextualización. Sus jugadores saben o creen que ellos pueden tomar decisiones que a corto plazo afectan al equipo, como la de ir a «tomarse unos traguitos» en plena competición.

Sin embargo, no pensemos que la situación del Junior solo se vive en este club. De hecho, a nivel internacional es demasiado frecuente. Experiencias han tenido técnicos en la liga española como Luis Enrique cuando fue entrenador del F.C Barcelona. Al el le tocó poner frenos a la indisciplina, a pesar que muchos medios lo criticaron en su momento, pero le dio resultados.

Lo que necesita el fútbol

Son innumerables casos, pero todos apuntan a una sola línea, la de volver a la disciplina y permitirles a los entrenadores hacer su trabajo. No apoyar al entrenador es permitir la indisciplina y la falta de orden. El fútbol colombiano, es decir, el fútbol mundial, pide a gritos, que los jugadores jueguen al fútbol, no que jueguen con el club y su hinchada.

 

 

Foto: Autor

Twitter: @leandrovenerar