Emi Huertas
Eden Hazard cuenta con la confianza del técnico blanco, pero no logra mostrar ni un atisbo de su mejor versión
Época de selecciones, época de reflexionar. Y Carletto es mucho de reflexionar. Le gusta ahondar en las sensaciones de sus futbolistas, ya que es conocedor de que el momento de forma de los jugadores puede ganar partidos y hasta campeonatos, tornándose determinante.
Esto se explica muy bien observando el último mes de Rodrygo Goes. El brasileño lo está jugando prácticamente todo, y lo que es más importante, a un nivel top. Marcando, asistiendo, sintiéndose importante. Esto lo detecta a las mil maravillas el bueno de Carlo Ancelotti, quien huele los buenos momentos de forma de los jugadores a kilómetros. Y los aprovecha para mantener al equipo en lo más alto sin grandes problemas. Excelsa gestión la suya.
En el lado opuesto encontramos –de nuevo– a Eden Hazard. El jugador belga, ahora con su selección, no logra encadenar 3-4 partidos regulares. Sus minutos buenos, como el día del Celtic, quedan en el olvido, volviendo a la parroquia blanca cada vez más escéptica. Pocos creen en que todavía es posible una buena temporada de Hazard.
Lejos quedaron aquellos vídeos de highlights con los que el jugador belga se erigía como uno de los mejores jugadores del mundo., inspirando a toda una generación de niños que veían en él un ejemplo. Un ídolo. Poco queda de aquel gran Hazard.
Con Bélgica ha tenido buenos minutos en este parón, siendo titular e incluso portando el brazalete de capitán. El sueño de hacer un buen Mundial y una buena temporada con el Real madrid está todavía en la mente de Hazard. Pero el problema es que en su cabeza no solo existen esos sueños, sino que también hay un bloqueo mental que, junto a sus problemas musculares, no le deja volver a enamorarnos de su fútbol.
Pese a todas las decepciones, el fútbol a veces nos da sorpresas. Nunca olvidemos esto. Por ello, muchos aficionados blancos no cesan de creer que algún día el Santiago Bernabéu se pondrá en pie –como en las grandes ocasiones– para aplaudir al crack belga.
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