Tras una floja primera mitad, el Barça despertó, pero no fue suficiente. Cory Higgins volvió a su mejor versión, pero el Barça no rindió a su nivel y oficializó su segunda derrota en la Euroliga


El Barça pagó sus errores acumulados en los 40 minutos y cerró este jueves su gira semanal por el norte de Europa con derrota en la pista del Zalgiris (73-72), donde ya cayó el pasado año. El entusiasmo del equipo báltico, empujado por un pabellón repleto e imponente, superó otra vez a los de Jasikevicius, que entregaron el mando del partido en la primera mitad y no lograron capitalizar su reacción tras el descanso.

Keenan Evans (18) ejerció de principal verdugo apoyado por Smits que acabó con 15 en su reencuentro con su ex equipo. Sólo Vesely alcanzó la docena de puntos en un Barça desafinado en las acciones del cara o cruz final.

El Barça parecía que arrancaba el partido con buenas sensaciones con dos triples de Satoransky de entrada, pero el Zalgiris no se puso nervioso y siguió a lo suyo manteniendo la igualdad en el marcador. La consigna de Kazys Maksvytis era que el Barça no consiguiera realizar sus rápidas transiciones y con faltas bien elegidas, el conjunto lituano logró el objetivo.

Ello, ayudado por un Ulanovas estratosférico, condicionó el juego de los azulgranas durante toda la primera parte. En el primer cuarto ya llevaba siete puntos, tres rebotes y una asistencia. Un triple de Jokubaitis a falta de 12 segundos para el final del primer parcial ponía el 20-19 que escondía algunas deficiencias azulgranas.

No cambió en el segundo cuarto la estrategia del Zalgiris y al Barça, con grandes problemas en defensa y sin la eficacia en el rebote que mostró ante el Bayern, le costaba jugar. No fluía en la pista. Tuvo que llegarse a seis minutos para el descanso para ver a los azulgranas por delante en el marcador (26-27), pero fue un espejismo. La mayor dureza del Zalgiris les daba frutos y a 3’18» la diferencia era de +8 para los locales tras un parcial de 0-9 (35-27).

Malas noticias para el Barça que se fue al descanso con un 44-35 peligroso, pero que ayudó a los azulgranas a darse cuenta de que las cosas no se estaban haciendo bien.

Los ataques trabajados y la buena defensa de Zalgiris se postergaron tras el descanso. El Barça no estaba cómodo y no encontraba las soluciones en ataque. Pero este es un equipo con un talento muy grande y, sobre todo, muy repartido. Y fue el día de Cory Higgins. Prácticamente desaparecido este curso, lastrado por las lesiones el pasado, por fin apareció el Higgins que brilló en Barcelona. Acertado como antaño, plástico como siempre, llevó al Barça a recuperar la delantera en el marcador (50-51) tras un parcial de 10-0. Las dudas, ahora, estaban del lado local. Jokubaitis ahondó en ellas. Abrines, que se llevó un codazo, se marchó al vestuario antes de hora.

Recuperó Zalgiris el pulso al partido, animado por su público, aprovechando los errores del Barça. Un lanzamiento liberado, tres tiros libres, buenas defensas… y una ventaja significativa a seis del final (67-61). Pero ni el Barça, ni Jan Vesely, habían dicho la última palabra.

Un parcial de 0-7 les volvió a poner por delante a tres minutos para el final (67-68) con el checo como principal protagonista. Pero el Barça desaprovechó demasiadas ocasiones. Primero ‘Sato’ y Jokubaitis con dos triples que hubiese puesto un +4 casi definitivo y después una última acción que les hubiese dado el triunfo. Higgins recuperó el balón, y la esperanza, en una última acción de los azulgranas pero Satoransky dudó demasiado acabándose la posesión y la posibilidad del Barça de firmar una semana perfecta.

Fotos: Eurosport y El Español

Twitter: @alexgomezse