El equipo de Xavi goleó (2-4) al Viktoria Plzen en un partido con un juego sin estridencias y con excesivos errores defensivos. Mandó siempre en el marcador gracias sobre todo a Ferran Torres
El Barcelona se despide de la Champions con una edulcorante victoria que le sirve para recuperar algo su autoestima y engorda con tres millones las arcas del club, pero que no borra una nueva debacle azulgrana en la máxima competición europea. Habrá que esperar si se mejora el equipo en invierno para estar a la altura en Europa. Para LaLiga va sobrado, se la jugará en un mano a mano con el Madrid, pero debe aspirar a más.
Con el pase a Europa League asegurado, Xavi dio una oportunidad a Iñaki Peña y Pablo Torre, titulares por primera vez, y descanso a Ter Stegen y Lewandowski, con molestias
Sin la presión en las botas, el Barça salió cómodo al partido. Los de Xavi solo tardaron 7’ en abrir el marcador. Marcos Alonso captó un rechace de Stanek tras un disparo de Ansu para encontrar la red.
Aunque los culés se encontraban cómodos, el 0-1 despertó a los checos, que encontraron el larguero con un remate de cabeza de Chory tras un saque de falta. Después, tuvieron una doble oportunidad con los disparos de Vlkanove y Ndiaye.
Buscó el Barça tener un mayor control del juego para frenar la mayor intensidad del Viktoria y también tuvo sus ocasiones. Desde fuera del área, y siguiendo las órdenes de Xavi de intentar más el disparo, lo probó Ansu, también Piqué, pero el partido se desatascó en una acción combinativa al filo del descanso iniciada por Raphinha, la asistencia de Jordi Alba de cabeza y el remate a placer de Ferran Torres que subió al marcador después de la intervención del VAR. El valenciano, aunque fuera de foma tardía, lo celebró con alivio, como el resto del equipo. El 0-2 fue un excesivo premio para los azulgranas.
El Barça no había aprendido de la lección de la primera parte, cuando diversos fallos individuales dieron licencia al Viktoria para intimidar. La descoordinación en una falta entre Marcos Alonso y Piqué obligó a Pablo Torre a tumbar a Chory. Penalti sin debates y gol del mismo delantero. Suerte que la reacción fue inmediata gracias al entendimiento entre Raphinha y Ferran Torres que, con croquetas incluidas, dibujaron una combinación majestuosa. Era el 1-3, suficiente para no sufrir hasta el final. Otro error.
Lejos de atemorizarse, el Viktoria siguió poniendo a prueba al Barça con galopadas por la banda con mucho sentido. La inspiración de Iñaki Peña repeliendo otro disparo sirvió de muy poco. Al segundo centro por la izquierda, Chory remató de cabeza a gol. El 2-3 evidenciaba que en Europa al Barça no le alcanzaba. !2 goles en contra son demasiados, muchos para un equipo con aspiraciones siempre altas. El Viktoria, el peor equipo de esta fase de grupos, ha encajado 23.
Entonces apareció Pablo Torre para el cuarto. Gran pase de Raphinha en largo y calidad del cántabro, para amortiguar el balón con la diestra y marcar de zurda. Su primer gol no tuvo alegría completa, pues se lesionó en la acción y también tuvo que ser sustituido. El epílogo a una tristísima Champions azulgrana.
Fotos: Sport y Barça Blaugranes
Twitter: @alexgomezse