Emi Huertas
Un polémico arbitraje y Courtois, dan los 3 puntos al Real Madrid ante un Celta de Vigo que mereció más
Paso de gigante del Real Madrid en esta Liga. 3 puntos claves -más de lo que a priori parecían- del Real Madrid en Balaídos. Zarpazo y golpe sobre la mesa para asegurar el liderato y sacarle 12 puntos (con un partido más) al Sevilla, 2º clasificado. A pesar de ello, malas sensaciones para el conjunto de Carlo Ancelotti.
El Real Madrid no brilló. De hecho, todo lo contrario. Sufrió más de la cuenta, pese a que en Balaídos siempre se sufre. Una vez más, y van varias en este 2022, vimos a un equipo ramplón, sin magia, sin ritmo. Este equipo no es el mismo del pasado otoño, el que acostumbraba a ganar con contundencia y con un fútbol vistoso.
Lejos quedaron aquellos mágicos partidos de Vinicius Junior. O aquellas clases magistrales de Toni Kroos. Tan solo mantienen el nivel Courtois y Karim Benzema. Otros, como Militao o Modric no desentonan, pero si quieres aspirar a todos el equipo tiene que recuperar su mejor versión. Especialmente ahora que llega el momento clave de la temporada: los cuartos de Champions.
Partido servido de polémica en Balaídos
El choque entre Celta y Real Madrid será uno de los más polémicos del año, sin duda. Y no solo porque esté por medio el Real Madrid, que ya sabemos que todo adquiere otra dimensión, sino porque se pitaron 3 penaltis. Y ninguno estuvo exento de polémica. En los 3 existe el contacto, pero no son clamorosos. Para algunos penaltis claros, para otros penaltitos y para los de siempre, “otro robo claro del Real Madrid”. En cualquier caso, todos interpretables.
Además de estos polémicos penaltis, el VAR anuló un gol por fuera de juego a Iago Aspas. El 10 del Celta estaba en fuera de juego, y al interferir en la acción, se ordenó anular el tanto que supondría el empate.
Con la cabeza en la Champions League
El Real Madrid pareció estar pensando en el partido del miércoles. Encuentro mayúsculo el que viviremos el próximo día 6 de abril. En el club blanco lo saben, y eso pareció ponerse de manifiesto esta tarde en Balaídos. El equipo tenía la cabeza en Londres y no en Vigo, lo que le pasó factura y casi le cuesta complicarse la vida en Liga.
Aunque no se llevan buenas sensaciones de hoy, y el próximo transcendental partido no les pilla en el mejor momento de la temporada. Pero ya sabemos que es la Champions y que es el Real Madrid. Ya pueden venir de hacer 2 partidos nefastos, que cuando suena el himno de la Champions League estos jugadores se transforman. Llámenlo magia o llámenlo grandeza, pero todo el mundo espera ver a otro Real Madrid el próximo miércoles en Stanford Bridge.
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