Los hombres de Carlo Ancelotti golearon a los azulgranas en la final de la Supercopa de España en Riad (4-1) gracias a un ‘hat-trick’ de Vinicius. El Barça, obligado a una profunda reflexión
El Real Madrid es el campeón de la Supercopa de España después de pasar por encima del Barça (4-1) en una final que solo tuvo un color, el blanco. Diez minutos tan solo habían pasado y ya ganaban por dos goles los de Carlo Ancelotti, y desde entonces el partido fue un quiero y no puedo para los azulgranas, que jamás dieron la sensación de estar a la altura de su rival. Tras el hat-trick de Vinícius en la primera parte, la segunda fue casi un trámite con la sensación de que los madridistas podían haber metido aún más goles si hubieran apretado.
Xavi hizo honor a sus intenciones en la previa apelando al cruyffismo y apostó por todos sus ‘jugones’. El técnico azulgrana recuperó a los cuatro medios ante el Madrid -que tan buen resutlado le dio el año pasado- colocando de titular a Pedri, tras su reaparición en la segunda parte ante Osasuna, y el canario acompañó a Gündogan, De Jong y Sergi Roberto. Solo el alemán aguantó el tipo. Arriba, pese a la buena actuación ante los rojillos de Joao Félix se quedó en el banquillo para que fuera Ferran quien hiciera dupla con Lewandowski. En el Madrid, Ancelotti acabó con el debate en la portería sentenciando a Kepa y colocando a Lunin de titular.
Se adelantaba muy pronto el Real Madrid en el marcador, con un error del Barcelona en la presión en el mediocampo, desde donde Bellingham lanzó un balón raso a la espalda de Koundé, que dió un paso adelante que le acabó condenando, dejó solo a Vinicius y le permitió encarar y batir a Iñaki Peña (minuto 7 y 1-0).
Apenas tres minutos después del primer tanto, un pase largo de Carvajal también traspasó ese adelantadísimo muro de papel que había preparado Xavi. El resto fue coser y cantar para la pareja brasileña del Madrid: acelerón de Rodrygo y pase a Vinicius para que matase a puerta vacía (2-0).
El Madrid superó ese primer filtro culé con extrema facilidad y el Barça fue un coladero al espacio. Xavi había puesto sobre Vinicius a su carcelero habitual, Araújo, pero el brasileño ya no vive en la banda, y aprovechó el corredor que se abría entre el uruguayo y Koundé para meter dos puñaladas en un suspiro.
Sin embargo, esa comodidad del Madrid fue aculándole primero en su campo y luego en su área. Más por insistencia que por claridad, el Barça fue equilibrando el duelo y empezó a estar algo mejor, sobretodo con balón. Ferran remató al larguero en un muy buen disparo y en la posterior jugada Lunin le hizo un paradón a Lewandowski.
La insistencia del Barcelona encontró su premio, ya con el total dominio de la posesión. Gündogan se internó en el área, abrió para Balde y el centro al área lo despejó Rudiger demasiado centrado. En la frontal esperaba un depredador, Lewandowski, que enganchó una poderosa volea que se coló en la portería blanca para reducir distancias (2-1).
Pero cuando el Barça se quería aferrar al partido, Araujo se encargó de sacarlo cometiendo un penalti absurdo a Vinicius y sumando la primera amarilla de las dos que acabó viendo en el 71, por otra falta al brasileño. El propio Vinicius se encargó de transformarlo y con el 3-1 se llegó al descanso pese a que Pedri trató de recortar distancias con un disparo que se marchó rozando el palo izquierdo de Lunin justo antes de que pitara el árbitro.
Ocurrió poco tras el paso por los vestuarios, con mayor posesión azulgrana buscando los huecos para hacer peligro. El Madrid se sostuvo con suficiencia, mientras el desgaste iba abriendo grietas en el cuadro de Xavi. Según mermaban los culés, crecían los blancos, imponentes en lo físico. Corrió el reloj hasta el 60′ sin más sobresalto que la bronca a cada toque de Kroos. El alemán respondió con un recital de fútbol exacto. Metió Xavi triple cambio y la respuesta fue el cuarto. Lo generó Vinicius en la izquierda, metió el centro al área para Bellingham, Koundé despejó en corto y Rodrygo, el brasileño concreto, remató de primeras a la red. Goleada.
El choque se calentó y Araujo fue expulsado por una fuerte patada sobre Vinícius. Con más de 15 minutos por delante, el Real Madrid merodeó constantemente el área del Barça, pero sin suerte, ni tampoco excesiva ambición por hacer el quinto. También pudo marcar Joao Félix, que se encontró con la respuesta de un acertado Lunin.
El partido acabó en el área azulgrana, pero más como si fuera una pachanga que un Clásico, ya con un partido descafeinado. Hasta el árbitro Martínez Munuera lo entendió así, pues no añadió ni un solo minuto. Finalmente, victoria de un Real Madrid que se proclama campeón de la Supercopa de España ante un Barça que entra en crisis y necesita hacer una profunda reflexión.
Fotos: Mundo Deportivo y El Confidencial
Twitter: @alexgomezse