Diego Pajares González
El Atlético de Madrid se volvió a cobrar una nueva víctima en el Metropolitano, el Villarreal. Los de Simeone suman 15 victorias consecutivas en casa y 17 si contamos todas las competiciones. Los rojiblancos se impusieron 3-1
El Atlético de Madrid sigue en modo rodillo y el Metropolitano se ha convertido en un feudo inexpugnable. Suman 15 victorias consecutivas en casa, algo que no habían conseguido nunca. El récord lo tenía también Simeone, que consiguió 14 victorias seguidas en el Vicente Calderón entre 2012 y 2013.
Para la felicidad final de los rojiblancos, primero tuvieron que sufrir. El Villarreal planteó el mismo partido que en los últimos años en el Metropolitano, sacar el balón jugado en busca de que el Atleti saltase a la presión y jugar muy replegados atrás. Parejo y Capoue bajaban muy atrás en salida de balón, algo que creó muchos problemas a los rojiblancos. De Paul y Saúl no seguían a la pareja de pivotes del Villarreal y ahí los amarillos olieron la sangre.
Saúl no saltó a presionar, lo que permitió al Villarreal romper líneas y llevar el balón hacia la banda derecha. De Paul tampoco estaba en la cobertura defensiva con Alex Baena, lo que hizo que Molina tuviese que abandonar su posición y regalar un dos para uno contra Witsel. Sorloth se la jugó y sacó un fuerte disparo, que Oblak despejó. El balón quedó muy centrado y ante la pasividad de la defensa colchonera, Gerard Moreno remató a placer para adelantar al Villarreal. De nuevo, le tocaba remar al Atleti.
Los de Simeone apostaron por el balón y empezaron a llegar las ocasiones. Tras una muy buena parada de Jorgensen a Griezmann y y al borde del descanso, llegó el gol para los locales. Combinó por izquierda Riquelme con Griezmann, que sacó un gran centro potente y raso al segundo palo. Allí apreció Witsel que puso el empate y lo que significaba uno de esos goles morales que hacen tanto daño al rival. El Atleti siguió apretando hasta que el colegiado señaló el descanso.
Simeone decidió dar salida a Llorente por Saúl, lo que fue un acierto. El Atlético de Madrid necesitaba entrar por bandas y con gente profunda, los centros aéreos de la primera parte no estaban causando ningún peligro con la buena actuación de Albiol y Cuenca. El Atleti se convirtió en un rodillo y el hambre se apoderó de sus jugadores. Corrigió la presión de los interiores y el Villarreal comenzó a tener problemas en salida de balón. El Atleti recuperaba con facilidad y empezó a tocar muy bien. Koke se inventó un fantástico pase para Marcos Llorente, que sacó un buen centro raso al segundo palo y encontró a Griezmann en esa zona. El francés sigue de dulce y no falló, gol y asistencia. A partir de ahí, los de Simeone siguieron buscando aumentar el resultado.
Entraron Correa, Barrios y Lino, quienes salieron igual de bien que Llorente. Pablo Barrios, cuando todo el mundo se preguntaba que podía hacer, se inventó una arrancada desde su propio campo y que dejó en cuadros a la defensa del Villarreal. Después de tal carrerón, consiguió levantar la cabeza y sacar un excepcional pase hacia Samuel Lino, quien con su pierna izquierda no perdonó y sentenció el partido.
El Atlético de Madrid sigue invicto en casa y con muy buenas sensaciones. Por la otra parte, el Villarreal necesita recuperarse cuanto antes y el parón será clave, se espera que llegue Marcelino para sustituir a Pacheta.
Foto: Atlético de Madrid (X)
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