Se les complica la Europa League a los de Simeone tras fallar un penalti que podría haberles dado la clasificación
El Atlético quiso resurgir de sus cenizas, y lo mejor es que pudo haberlo hecho. Acostumbrado en los últimos tiempos a ganar más de un partido y más de dos sobre el pitido final, esta vez pretendieron ganarlo después. Dado que el árbitro, Clément Turpin, ya había pitado el final cuando el árbitro asistente reclamó revisar una mano en el último córner. Turpin pitó penalti a favor de los rojiblanco.
Carrasco fue quien tiró el penalti, Hradecky lo bloqueó, formando un rechace que favorece al Atlético. Saúl cabeceó el esférico rechazado al larguero y Reinildo lamentó que a la tercera ocasión la pelota tropezara en su compañero, Carrasco. Fue entonces cuando, oficialmente los rojiblancos se quedaban fuera de la Champions League.
Una la había tenido Griezmann. La otra, Correa. El Bayer Leverkusen supo castigar ambos desaciertos, un excelente Diaby en el primero, y de Hudson-Odoi en el segundo, que evidenciaban la actitud con la que el Atlético había afrontado de salida un partido en el que era todo o nada. En menos de media hora el Metropolitano andaba decaído.
Y eso que Carrasco había empatado en el minuto 22 de partido, minutos después de que el equipo rojiblanco fuera pitado por los aficionados, situación que no ayudaba al equipo. Aunque, el problema está en los banquillos, claramente, pero no es bien recibida tal hostilidad con tanto en juego y con la posibilidad de pasar a octavos de Champions. Una asociación entre Correa y Griezmann, hizo que Yannick estampara el balón dentro de la portería y lo celebrase a lo grande.
En la jugada posterior al 1-1 devolvía la inquietud al partido, con una jugada que daba el segundo tanto a los alemanes. Diaby y Hlozek tuvieron varias ocasiones más claras que las del equipo local. El partido presionaba totalmente a Kondogbia y Witsel, sin ayuda de sus compañeros, consecuencia de un desorden. La más clara para buscar ese segundo empate antes del descanso, que no se encontró, fue un cabezazo de Hincapie hacia su propia portería.
Simeone había previsto un once ofensivo, en el que se incluía la aparición de Hermoso, que había visto puerta en las cuatro jornadas de Champions, pero fue reemplazado en el descanso por Saúl. Haciendo que Witsel volviese a su posición de central, mientras que Saúl y De Paul reforzaban el centro del campo.
Enseguida marcó el propio De Paul. Griezmann y Carrasco se encontraron con Hradecky cuando buscaban el tercero. Reinildo y Kondogbia se precipitaron desde lejos en jugadas que pedían más juego de balón. Sobre el minuto 70 respiró el Bayer Leverkusen. Cuando apareció João, ya estaba todo cantado. O eso parecía hasta el penalti. Aunque, hubiera sido mejor que no se pitase puesto que creer para volver a hundirse no deja de ser tontería.