El Granada CF jugará en LaLiga SmartBank y todo es consecuencia de la pésima gestión de la dirección deportiva. Se espera que en los próximos días hayan cambios importantes en la entidad nazarí
Hace un año el Granada CF estaba midiéndose a los equipos más importantes de Europa, compitiendo por un lugar en las semifinales de la Europa League ante el Manchester United. Hoy, ya no es más equipo de Primera División. Esas son las vueltas que da el fútbol, a veces da y a veces quita, pero lo que ha sucedido esta noche en el Nuevo los Cármenes, va más allá de una mala temporada.
La culminación de un fracaso deportivo encabezado por Patricia Rodríguez y Pep Boada, es solo el reflejo de lo que la entidad echó por borda en este último año.
La no renovación de Diego Martínez presagiaba una historia tétrica, de esas de terror que cualquier aficionado de un equipo de fútbol podría vislumbrar a distancia. Sin embargo, el optimismo nazarí se mantuvo, quizá porque confiaban en sus jugadores y en ese espíritu deportivo que demostraron durante las últimas tres temporadas de la mano del gallego.
Del Robert Tren, al bombero Torrecilla y a Special K
Un proyecto sin pies ni cabeza y una gestión totalmente mala, así se puede definir la temporada de un equipo que con Robert Moreno al frente nunca pudo carburar. La diligencia optó por cesarlo y en su lugar traer a un hombre de la casa. Fue así que Rubén Torrecilla tomó el relevo, tres derrotas, una victoria y un empate condenaron al extremeño a ser destituido.
La dirección deportiva apostó por un hombre de experiencia, y que mejor que la mano derecha de José Mourinho en el Real Madrid, Aitor Karanka llegó como la esperanza rojiblanca. Ante su primera prueba de fuego, el vasco empezó a convencer a propios y extraños sacando un punto en el Wanda Metropolitano. La mejoría era notoria y las victorias consecutivas ante Mallorca y Athletic llenaron de optimismo al pueblo granadino.
Hoy, muchas preguntas rondan por la cabeza del granadinismo, esos que hoy están destrozados por ver a su equipo caer de nueva cuenta a las sombras de la Segunda División, así como sucedió en ese fatídico año de 2017. Pero esta vez ha sido más doloroso, quizá porque nadie se lo esperaba.
Los rojiblancos lo tenían en sus manos, una victoria era lo único que separaba al Granada de la permanencia. De los tres equipos en riesgo de descender, los nazaríes eran quien mejor panorama tenían y los únicos que dependían de su propio resultado. El resultado no fue el esperado y el castigo se lo ha llevado la afición, una tan fiel que toda la temporada apoyó incondicionalmente hasta el último partido.
La condena del Granada CF
Es momento de restructuración, mañana mismo debe empezar la revolución y se espera que haya grandes cambios, empezando por los altos mando, los cuales han demostrado no estar a la altura de la institución. Pero como su lema pregona, la Eterna Lucha no desaparece, e incluso es ahora cuando debe hacerse más fuerte y sacar a flote el orgullo y espíritu nazarí para que el Granada CF regrese a donde merece estar, a la Primera División.
Foto: LaLiga
Informa: @rodro201089