El secuestro de la familia de Jackson Rodríguez genera sensación de inseguridad en el fútbol ecuatoriano
La inseguridad dentro del país ecuatoriano es un problema serio que se extiende hasta el deporte del fútbol. Un ejemplo de ello es el reciente episodio trágico que vivió el futbolista de Emelec, Jackson Rodríguez, con el secuestro de su esposa e hijo pequeño.
El suceso ocurrió al norte de Guayaquil, en el barrio Mucho Lote 2, el miércoles 23 de abril. En la madrugada, asaltantes entraron violentamente en la vivienda del jugador, con el objetivo específico de buscarlo a él. Sin embargo, este último se escondió de los perpetradores, y al no encontrarlo, se llevaron a su esposa e hijo de 5 años de edad, sin mencionar que se llevaron objetos de valor como electrodomésticos, joyas y dinero en efectivo.
Luego de este terrible acontecimiento, el defensor de 26 años se encuentra en custodia policial, a la espera de que las autoridades puedan localizar a su familia, y detener a los secuestradores.
Esta crítica situación hace ruido en otros futbolistas profesionales, ya que se sabe que son personas populares en la cultura del deporte ecuatoriano, además de poseer bienes económicos que los grupos delictivos buscan en reiteradas ocasiones.
Esta clase de incidentes calan profundamente en la vida de los jugadores, que pueden verse afectados y en consecuencia presentar bajones en su rendimiento deportivo, o en otros casos tomar decisiones que los aleje del fútbol ecuatoriano como tal.
El caso de Jackson Rodríguez deja en evidencia el alto nivel de inseguridad al que se encuentran expuestos los jugadores, por lo que las autoridades deben presentarse con más firmeza para garantizar el bienestar de estos y que sigan brindando entretenimiento para el mundo del fútbol ecuatoriano.