Marina Ballesteros Arróniz
El Elche, ya descendido a Segunda, gana al Atleti con brillo en el Martínez Valero. Marcó Fidel un gol con polémica
A los dos minutos del partido, Simeone mostraba signos de preocupación. En ese momento, al Cholo no le gustaba lo que veía: el comienzo del partido del Atleti en el Martínez Valero se vio marcado por las incursiones de Gumbau y un potente disparo de Lautaro que obligó a Grbic a intervenir, mientras el público aún se acomodaba en sus asientos. Los roles parecían haberse invertido. El Elche se mostraba fuerte desde el principio, presionando intensamente y desconcertando al Atleti. El equipo rojiblanco se posicionó demasiado atrás, a punto de asegurar matemáticamente su clasificación a la próxima Champions, mientras que el Real Madrid había vuelto a superarlos y ocupaba el segundo lugar en LaLiga.
En el minuto 7, Morata saludó el partido con un cabezazo que nuevamente puso a prueba a Badía, y Simeone relajó su expresión facial. Por fin, sus jugadores habían despertado para el desafío. Sin embargo, esto no duró mucho tiempo.
La única diferencia palpable entre ambos equipos se evidenciaba cuando sus jugadores ingresaban al área rival. En la segunda ocasión en que lo hizo el Atleti, Nahuel envió un pase al corazón del área al que ni Lemar, ni Grizi ni Morata pudieron llegar. Por si acaso, el Atleti no se replegó demasiado, lo que alegró a Beccacece. Aunque el Atleti salió con el mismo once que en sus últimas tres fechas, se mostró muy diferente. Tuvo dificultades contra el Elche, que modificó su estilo con una defensa de cuatro y mayor físico, con Boyé y Nteka. Parecía que la semana de descanso debido a la final de la Copa había desconectado al equipo del Cholo. El desánimo se notaba en los jugadores rojiblancos, quienes cedieron la posesión del balón al Elche y se encerraron en su antiguo estilo de juego.
Llegó un momento en el que el partido se volvió tan aburrido que era más interesante observar cómo crecía el césped. Y de repente, Fidel marcó para el Elche después de que Lautaro sacara de banda con un pie y medio dentro del campo, pero pisaba la línea, que salva, pero es que además precedió una falta de Nteka sobre Koke. Que Grbic cantó grosero pero en el VAR no apareció.
Un final catastrófico
La segunda mitad comenzó de la misma manera. El partido se asemejaba más a un somnífero que a un emocionante encuentro de fútbol. A pesar del ritmo lento, Lemar acumulaba demasiados partidos seguidos, aunque el Atleti llevaba diez días sin jugar, lo cual era un desafío adicional. Lesión, dolor, mano en alto y cambio. El francés pasaba más tiempo con el cuerpo médico que con sus compañeros de equipo temporada tras temporada, lo cual dificultaba las cosas, por muy talentoso que fuera. Correa entró en su lugar y Simeone añadió más hombres en el ataque.
Después de una hora de juego, parecieron despertar y darse cuenta de que el partido aún estaba en curso. Media hora restante. Griezmann tomó las riendas y el Atleti comenzó a contraatacar. Sirvió a Carrasco, pero intentó regatear a Badía, quien finalmente le arrebató el balón. Sirvió a Morata, pero en el mano a mano, el portero del Elche volvió a destacarse. A pesar de la ausencia de Pere Milla y Lautaro, el Elche, frente al equipo rojiblanco, parecía el Brasil de los años 70, con Gumbau y Lucas Boyé en una danza infinita, con el balón y sus galopadas.
A diez minutos del final, Simeone dejó a Saúl sin minutos, en su propia casa, y apostó por Carlos Martín, quien resbaló al golpear un balón que pudo inquietar a Badía, pero el arquero lo tuvo fácil. Boyé también tuvo la oportunidad de sentenciar el partido, pero su disparo salió demasiado cruzado mientras caía al suelo. Tan clara fue la oportunidad que le llegó a Morata desde el pie de Nahuel. Tan perfecta, tan propicia para marcar, pero la mandó fuera, por supuesto. Un punto era lo que necesitaba el Cholo para asegurarse la Champions, su verdadero título. Sin embargo, cayó ante el último clasificado, un Elche ya descendido a Segunda División.
