El delantero del Espanyol entra en el minuto 81 y sentencia con dos goles en dos minutos el debut de De la Fuente ante Noruega. Olmo abrió la cuenta.
Los tres puntos es el mejor regalo que nos deja el debut de Luis de la Fuente como seleccionador en un España-Noruega en el que, cuando La Rosaleda parecía pedir la hora ante el acelerón rival, estalló de entusiasmo gracias a dos goles de Joselu. El punta entró en el partido en el minuto 81 y marcó en el 83 y en el 85. No se nos ocurre un debut mejor. Ni para él ni para De la Fuente.
Una gran expectación
Había ganas por ver a la nueva España de Luis de la Fuente, a sus jugadores, a la libreta que guarda en el bolsillo, pero por La Rosaleda también sobrevolaba el morbo de saber qué jugadores respondían con buen juego y goles al olvido de Luis Enrique en su etapa como seleccionador. Primero, el dibujo táctico quedó rápidamente resuelto pues La Roja se ordenó de inicio en un 4-3-3, es decir, el mismo traje que vestía con el técnico asturiano en el banquillo. Idéntico sistema al otro lado del espejo, donde Odegaard llevaba el brazalete de capitán y el peso en el bloque milimétricamente alineado por Solbakken.
Lo que le ocurrió a Noruega es que antes de meterse en el partido se encontró con un gol en contra. Fue una acción que no auguraba un gran peligro pero que tras llegar a las botas de Balde se convirtió en un pase muy peligroso rematado por Olmo. Fue una acción que en un primer momento pareció afortunada pero que tras la repetición televisiva dejó clara la picardía del delantero del Leipzig para rematar con el exterior del pie, casi de refilón. La alegría de De la Fuente estaba más que justificada, su euforia a punto estuvo de hacer saltar las costuras de su chaqueta en la celebración, y el gol sirvió para calmar los ánimos en unos internacionales que en cada una de sus acciones demostraban el hambre por querer hacerlo bien. Todos peleaban por cualquier balón por muy imposible que pareciera.
España dominaba el balón
Al paso por la media hora de juego la posesión reflejaba un 79% por el 21% del rival. En el primer desliz, solo dos minutos después del gol de Olmo, la defensa española consiguió rechazar un zurdazo de Odegaard desde dentro del área; en el segundo, en el minuto 29, Kepa tuvo que emplearse a fondo para despejar la volea de Aursnes tras una preciosa jugada en la que Odegaard y Sorloth llevaron el balón hasta el centrocampista del Benfica. Cada vez que el del Arsenal tocaba la pelota, que levantaba la mirada, por muy presionado que estuviera por el marcaje individual de Merino, la selección nórdica destilaba peligro. Ese era el juego asociativo que España no llegaba a activar con Aspas.
Un Aspas muy perdido
Ni siquiera se activó nada más iniciarse la segunda parte, cuando cabeceó inocentemente un pase a lo Modric servido por Carvajal desde la banda derecha. El balón llegó fácil a los guantes de Nyland, pero al menos era un aviso de que España regresaba bien despierta del descanso. También lo hizo Noruega, que en el 55′ rozó el gol en un remate de Pedersen que milagrosamente despejaron a córner primero Nacho y después Kepa. De la Fuente reaccionó, pues en el 58′ decidió dar entrada a Ceballos y Oyarzabal por Gavi y Aspas.
Con el paso de los minutos Morata quedó cada vez más lejos de Nyland, Yeremy Pino, que suplió a Olmo, lo intentaba, también lo hacía Oyarzabal, quien animaba el ataque español gracias a su continua movilidad. Pero un remate de Sorloth a punto estuvo de empatar el partido antes de que Joselu entrara en el terreno de juego. El delantero del Espanyol sustituyó a Morata en el minuto 81. Pues bien, en el 83 y el 85 sentenció el partido con dos goles que le hacen a estas horas el futbolista más feliz del mundo.