Los de Ancelotti se dan un festín a la contra en Balaídos. Se llegaron a pitar 3 penaltis en el encuentro
El Real Madrid llegaba a Balaídos con una consigna clara, conseguir 3 puntos vitales tras el terremoto ocasionado por la impactante salida de Casemiro. Desde luego la primera parte no dejó indiferente a nadie, siendo el Real Madrid el que se adelantara en el marcador. En el 14′ de encuentro, tras un córner a favor de los blancos, hoy estrenando equipación negra, Tchouaméni asistiría de cabeza a David Alaba, que tras rematar se encontraría con la mano de Renato Tapia. Tras ser revisado por el VAR, el colegiado señalaría los 11 metros, convirtiéndose así en el primer gol en Liga de Karim Benzema. Pasados 9 minutos, un balón peinado por Paciencia acabaría impactando en el brazo extendido de un imprudente Militao, cometiendo un penalti que Iago Aspas no desaprovecharía para poner el empate en el marcador al 23′ de partido. Un Celta hasta el momento mejor que el Real Madrid, buscaba sin acierto la portería defendida por Courtois. En el 41′, tras un gran contragolpe hilado por el escuadra dirigida por Carlo Ancelotti, veríamos el mejor gol de la noche. Luka Modric tiraría un recorte detrás de la frontal y embolsaría el cuero en el fondo de las mallas. Un precioso disparo imposible para Marchesín. Así se llegaría al descanso tras una buena primera parte de fútbol en Balaídos.
Tras el reinicio, el Celta buscó con insistencia la portería madridista, siendo esta la razón que condenó al conjunto gallego. Otra vez, en una transición fulgurante, Modric encontró a Vinicius con un pase de libro. El brasileño, tras regatear con maestría a Marchesín, pondría el momentáneo (1-3) en el 56′. Tras esto, el Real Madrid ganó enteros en el juego y comenzó a mostrar su superioridad sobre el verde, consiguiendo sentenciar el partido 10 minutos después del tercer tanto. Tchouaméni, tras un robo brillante, condujo el contragolpe que significaría el cuarto gol de los madridistas. El francés encontró a Vinicius, que asistió a Fede Valverde tras previo resbalón de Benzema. Un Celta noqueado, jamás encontró capacidad de respuesta.
Poco antes de finalizar el choque, en un enésimo contragolpe blanco, Rüdiger se animó en ataque tras recuperar la pelota. Después de una buena conducción, tiró una pared con Benzema y en la ejecución, fue derribado por Hugo Mallo. El francés, ejerciendo de líder, cedió el testigo a Eden Hazard, que no aprovecharía su oportunidad y erraría desde los 11 metros. Así finalizó un partido en el que, por tramos, el Celta fue mejor, pero la electricidad en transición del equipo merengue superó cualquier momento de lucidez planteado por los vigueses. Por el momento, el Real Madrid se colocá líder de una liga que promete ser competida de cabo a rabo.
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