El Real Betis sigue líder en solitario tras vencer al Ludogorets en un partido que se le complicó al equipo de Pellegrini en la última media hora
La Europa League volvía al Benito Villamarín tras más de cinco meses, concretamente desde el 9 de marzo cuando se disputó la ida de los octavos de final de la Europa League ante el Eintracht de Frankfurt. El Real Betis tenía que conseguir los tres puntos para mantener la primera plaza del grupo C antes del doble enfrentamiento ante la Roma de José Mourinho.
Manuel Pellegrini quiere mantener la normativa de rotaciones que realizó durante la temporada pasada y así se vio reflejado en el once. Claudio Bravo volvió a ser titular en la portería; Ruibal, Edgar y Miranda, entraron en defensa; Paul y Guardado, en el centro del campo, y Joaquín y Willian José en ataque.
El equipo local quiso poner la directa en los primero compases del encuentro y salió bastante enchufado, aunque no terminaba de materializar los acercamientos al área defendida por Sergio Padt. El Ludogorets intentaba contragolpear, pero el equipo verdiblanco estaba bastante férreo.
Luiz Enrique acaparaba todas las miradas porque el juego del equipo pasaba mayoritariamente por sus botas y los defensas búlgaros inmediatamente le cerraban todos los espacios. Pero en el minuto 25, el brasileño conseguía rematar un centro medido de Miranda y anotaba así su primer gol en Europa con la camiseta verdiblanca. Sin embargo, el Ludogorets no iba a tardar en meterle el miedo en el cuerpo a Bravo, que tuvo que hacer una intervención de mérito.
El Real Betis se centraba en encausar el juego por la banda derecha pero en el otro franco Joaquín, que no estaba apareciendo, se encargó de aumentar la distancia con un latigazo desde la frontal del área. Aunque la alegría duraría poco porque Despodov al filo del descanso marcaría de falta directa y, con ayuda de la tecnología de gol, ponía el 2-1 con el que ambos equipos se dirigían al túnel de vestuarios.
La segunda mitad hizo estragos en las piernas de los futbolistas béticos. Se le notaba la carga de minutos en una temporada en la que se está jugando cada tres días y sin descanso. Los búlgaros comenzaron amenazando la portería de Bravo con una ocasión de Thiago. Tras ello a Pellegrini no le gustaba lo que estaba viendo y decidió dar entrada a Guido para poner orden.
Canales intentó cerrar el partido y tras una jugada personal, avanzó hasta la frontal del área, escorado a la izquierda, y lanzó un potente zurdazo que el guardameta holandés del Ludogorets no supo despejar. Un tanto que parecía sentenciar definitivamente el partido.
Sin embargo, un balón suelto en la frontal tras un córner permitió a Rick batir por bajo a Claudio Bravo con un disparo pegado al palo, que le dio emoción al tramo final del encuentro. Ahí, Gropper tuvo una ocasión clarísima que casi consigue darle el empate. Aun así está todo por decidir en este grupo C, pero el Betis toma ventaja con 6 puntos.