Las Diablas Rojas del México se enfrentaron a las Bravas de León en el Estadio Alfredo Harp Helú, en una serie que prometía ser un duelo de titanes en la Liga Mexicana de Softbol (LMS). Ambos equipos llegaban a este encuentro liderando la tabla de posiciones, con las Bravas ostentando un impecable récord de 8-0 y las Diablas con una marca de 7-1, producto de una racha de cinco victorias consecutivas.
La expectativa era alta, ya que se enfrentaban las dos ofensivas más potentes de la liga. Las Bravas llegaban con un promedio de bateo de .310 y una efectividad de pitcheo de 1.47, mientras que las Diablas presentaban un promedio de bateo de .284 y una efectividad de 3.18.
El partido comenzó con una ceremonia especial, donde se rindió homenaje a las jugadoras destacadas de ambos equipos. La afición, que llenó las gradas del «Diamante de Fuego», como es conocido el Estadio Alfredo Harp Helú, mostró su apoyo incondicional desde el primer lanzamiento.
Desde el inicio, las Diablas demostraron su intención de dominar el juego. En la primera entrada, lograron colocar corredoras en posición de anotar, pero la defensiva de las Bravas supo contener la amenaza. El duelo de pitcheo se mantuvo cerrado durante las primeras entradas, con ambas lanzadoras mostrando gran control y efectividad.
Fue en la cuarta entrada cuando las Diablas lograron romper el empate. Con dos corredoras en base, la bateadora designada conectó un doblete al jardín izquierdo, impulsando las primeras dos carreras del encuentro. La afición estalló en júbilo, reconociendo el esfuerzo y la determinación del equipo local.
Las Bravas intentaron reaccionar en la sexta entrada, aprovechando un par de errores defensivos de las Diablas. Lograron llenar las bases con un solo out, pero la lanzadora de las Diablas mostró su temple al ponchar a las siguientes dos bateadoras, cerrando la entrada sin permitir anotaciones.
En la parte baja de la sexta, las Diablas ampliaron su ventaja con un cuadrangular solitario por el jardín central, poniendo el marcador 3-0. La ofensiva capitalina continuó presionando, pero la defensiva de las Bravas logró contener mayores daños.
La séptima y última entrada fue de alta tensión. Las Bravas, en su última oportunidad al bate, lograron colocar corredoras en segunda y tercera base con dos outs. La mánager de las Diablas, Denisse Fuenmayor, decidió mantener a su lanzadora abridora en el montículo, confiando en su experiencia y habilidad. La decisión resultó acertada, ya que con un lanzamiento en cuenta de 2-2, la bateadora de las Bravas conectó una línea directa a la antesalista, quien realizó una atrapada espectacular para finalizar el juego.
Con esta victoria, las Diablas Rojas del México empataron a las Bravas de León en la cima de la clasificación, ambas con un récord de 8-1. La serie continuaría al día siguiente, con el segundo juego programado para las 19:00 horas en el mismo escenario. La afición capitalina espera que su equipo mantenga el impulso y logre asegurar la serie ante uno de los rivales más fuertes de la liga.