El conjunto alemán no dio opción en el Camp Nou y volvió a ganar con autoridad aunque sin hacer sangre (0-3). Por segunda temporada consecutiva, los azulgranas se van a la Europa League
Necesitaba el Barça dos resultados en esta tarde – noche para mantenerse vivo en esta Champions y ni uno ni el otro se han dado, aunque el segundo, la victoria blaugrana contra el Bayern, ya no hubiese servido de nada. Porque, para empezar, necesitaba poco menos que un milagro en Milán. Que el modesto Viktoria Plzen, todavía sin puntuar en la competición, evitase el triunfo del Inter en San Siro. Pero ya, en el descanso, el Inter dominaba por dos a cero y ha acabado marcándole cuatro goles al modesto conjunto checo, así que el Barça ha empezado a jugar en el Camp Nou ya eliminado por segunda temporada consecutiva en la primera fase de la Champions y viéndose relegado a disputar otra vez la Europa League.
Rápidamente llegó el primer gol alemán. Cinco minutos tardó. Un pase de Gnabry desde la derecha en diagonal hacia la izquierda encontró a Mané, que superó en el control y en el sprint a Bellerín, encaró a Ter Stegen y marcó.
Si Mané había superado al lateral y después ambos vivieron un vibrante duelo en el que el azulgrana se entregó pero salió perdedor, hubo otros emparejamientos en los que saltaron chispas: Dembélé generó la mayoría de acciones en las que el Barcelona mostró los dientes en el primer tiempo, superando a Davies aunque sin terminar bien y con un segundo tiempo desastroso; Lewandowski y De Ligt se las tuvieron tiesas, con exceso de dureza del neerlandés, incluso con un penalti que el árbitro pitó y, a instancias del VAR, anuló. Y, por la izquierda, Balde dio profundidad superando a Mazraoui. Tampoco supo sacar rédito a ese dominio del duelo individual.
Las contras del Bayern eran letales y veían espacios tan claros como los que que veía el Barça contra el Athletic hace sólo tres días. Y en una de ellas, una nueva asistencia de Gnabry dejó solo a Choupo-Moting que batió a Ter Stegen con un fuerte disparo por bajo. Y pudo llegar el tercero en una doble ocasión de Mané y Musiala que salvó Ter Stegen. Pese a su inferioridad, el Barça pudo meterse en el partido al pitar Taylor como penalti una entrada de De Ligt a Lewandowski, pero el VAR hizo rectificar al colegiado inglés ya que el neerlandés tocó antes balón. Dos galopadas de Dembélé y poco más fue el bagaje ofensivo de un Barça que no disparó ni una vez a puerta en la primera mitad.
Visto lo visto, el 0-2 no era un mal resultado para los azulgranas. Al menos, no era hiriente. El tercero de nuevo estuvo a punto de llegar, pero el golazo de Gnabry con la zurda fue anulado por un fuera de juego milimétrico.
Con el paso de los minutos, el Barça hasta perdió el balón y se vio dominado por un Bayern que siempre dio la sensación de jugar a medio gas, que no marcaba porque no lo necesitaba. Lo hizo Pavard, en el 95, para redondear la goleada. El correctivo sería de los que tardan en olvidarse si no fuera porque ha sucedido demasiadas veces ya ante el mismo rival. La Europa League ya espera, un año más.
Fotos: El Desmarque y AS
Twitter: @alexgomezse