Los azulgrana quedan eliminados en la semifinal de la Euroliga (66-78), después de una mala segunda mitad. Un impatable Tavares (20 puntos y 14 rebotes) junto a un gran Sergio Rodríguez (12), decantó la balanza para los blancos
No pudo el Barça pasar a la final de la Euroliga, una realidad con la que año tras año chocan de bruces los azulgrana. Dos títulos decoran su museo y nadie se los quitará nunca, pero su leyenda negra en la máxima competición continental supera con creces sus éxitos. Después de 17 final fours y una final de la Copa de Europa su bagaje no está a la altura. Kaunas asistió este viernes a una nueva demostración de una verdad tan cierta como que la Tierra es redonda. Un Real Madrid sin Yabusele, sin Poirier, sin Deck y sin Alocén acabó paseándose ante un Barça al que se le apagaron las luces en la segunda mitad de manera incomprensible… un año más.
El Barça atacó sólo con triples la amenaza de Tavares en el arranque de partido. Tres dianas de Abrines, dos de Kalinic y una de Satoransky fueron el balance anotador azulgrana en un primer cuarto marcado también por la buena defensa del joven Ndiaye sobre Mirotic y la fiabilidad de Tavares, que sostuvo a los suyos y forzó faltas en los pívots rivales. Con todo, al final del primer cuarto se llegó con un incierto 18-18 y algunas cartas tácticas mostradas por ambos.
Con un activo Jokubaitis en la dirección, el Barça ganaba dinamismo ofensivo, y encontraba a Kuric para sumarse a la causa del triple (25-22) junto al base lituano que daba la máxima blaugrana del encuentro (27-22).
Los de Saras lograban una máxima de siete (32-25) y Chus Mateo ordenaba una defensa en zona, tratando de evitar los tiros lejanos. Satoransky volvìa al partido tras los buenos minutos de Jokubaitis, y el Madrid cogía aire con canastas de Hanga y Hezonja (33-29).
Laprovittola se unía a la fiesta del triple para mantener una buena renta (36-29). Había que mantenerla al descanso, cosa que evitó Sergi Llull con una de sus ‘mandarinas’ para dejar al Madrid cerca de los blaugrana al descanso (42-36).
En la reanudación, los azulgrana volvieron a cobrar ventaja, 47-39, pero el Madrid, lejos de asustarse, empezó a carburar hasta igualar el partido, 47-47, a cuatro para el final del tercer cuarto. La canasta fue de Tavares a pase de Williams-Goss.
A partir de ahí, el Madrid fue dominando el partido y empezó a coger cierta ventaja provocando la ansiedad en su rival, al que se le aparecieron los fantasmas de los tres precedentes europeos en los que había sucumbido ante su rival. Sobre todo, el del año pasado. Remontada de los blancos tras una mala racha anotadora azulgrana para llegar al final del tercer cuarto con el marcador 55-58.
Kuric y Lapro recompusieron la figura del Barça desde el triple (58 iguales). El argentino no paraba de forzar faltas, granito a granito, haciendo granero y… nuevo apagón, esta vez general. En cuatro minutos, 3-0, restaban seis, seis para saber quién se colaría en una nueva final de la Euroliga. Y para ese tramo hirviente, Chus Mateo lo tuvo claro, la vieja guarda al frente de las operaciones: Sergio Rodríguez, Llull y Rudy. Y no defraudaron. El Chacho puso en órbita la nave blanca con 9 puntos en 1:25, en un par de 2×2 exitosos de Llull. Y ese break, ese 60-67 enterró las ilusiones europeas del Barcelona, del tercer año del proyecto de Jasikevicius. Además, Mirotic firmó uno de los peores partidos de su etapa en el Barcelona en el momento que más se esperaba de él (anotó 3 puntos y acabó con un -2 de valoración).
A la lona sin opción de levantarse, porque Tavares tampoco lo iba a permitir, arrasando con su imponente presencia, en el rebote, anotando y forzando faltas y con hasta cuatro intercepciones o tapones en esos instantes críticos.
El Madrid jugará el domingo la final ante Olympiacos por el título europeo mientras que el Barça ha de centrarse al 100% en la única competición que le queda, la Liga Endesa.
Fotos: Marca y La Razón
Twitter: @alexgomezse