El Athletic Club dominó al Atlético de Madrid en un partido en el que los madrileños volvieron a tener serios problemas fuera de casa. Un 2-0 que pudo ser peor si no es por la figura de Oblak
El Atlético de Madrid volvió a mostrar debilidad fuera de casa. Fueron dominados por un Athletic Club que realizó un fantástico partido y superó en todas las facetas a los madrileños. Daba la sensación de que los de Simeone no tenían centro del campo, y era imposible llegar hasta sus atacantes. Saúl y Llorente no ayudaban en la salida de balón, lo que imposibilitaba que fluyese el juego. El conjunto vasco tenía claro que tenían que anular a Koke y Griezmann.
Sin balón y en un partido con un ritmo alto, el Atlético de Madrid se volvió a perder. Una vez más, fueron superados físicamente y todos lo duelos caían del lado local. Esa intensidad dio sus frutos y el Athletic Club comenzó a tener ocasiones. De no ser por Oblak, el Atlético de Madrid se pudo ir goleado al descanso. La buena actuación del esloveno mantuvo el empate en el marcador, especialmente con una mano a bajo muy complicada.
La segunda parte fue más de lo mismo. Lo intentó Simeone desde el banquillo, pero no hubo respuesta. El Athletic Club siguió a lo suyo y el trabajo dio sus frutos. Guruzeta abrió el marcador con una remate en una segunda jugada tras un córner, muy mal defendida por el Atlético de Madrid. El segundo lo encontró en los pies de Nico Williams, que sacó un disparo al palo largo impresionante y al que nada pudo hacer el guardameta.
Sorprendió el cambio de Griezmann, pero nada estaba funcionando y el técnico argentino intentó mover todo lo posible para que su equipo cambiase. Llegaron un par de buenas internadas de Llorente por banda derecha, que estuvieron muy cerca de meter al Atlético de Madrid en el partido.
Una derrota que duele en la parroquia colchonera y certifica que los partidos fuera de casa están siendo un gran problema. Algo que deben solucionar si quieren seguir en la lucha por la liga.
Foto: ESPN
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