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El Atleti tropieza en Almería

Los atléticos empatan en Almería sentenciados por sus errores en la defensa. Se adelantó Correa, empató Touré


Ese gol que fue anulado cambió todo el partido. Porque antes de que esa pelota surgiera de la bota de Llorente buscando la red, el Atleti era el equipo que dominaba el terreno de juego. Porque después fue un completo caos, enredado en los miedos del Cholo y sus pasos atrás. Sin puntería ni acierto.

Atleti vs Almería

Saltaba Simeone sin João Félix para combatir sus nuevos problemas. Para los rojiblancos, sextos, no solo Barça y Madrid están ya lejos, es que la Real Sociedad se escapa. Persiguiendo sus pasos corrían los del Cholo, ante un Almería sólido aunque le cediera el control del balón.

Si Witsel reforzaba esa defensa, sin Giménez ni Savic, junto a un Hermoso, Reinildo y Nahuel que la hacían inédita, era el argentino el rojiblanco que más sobresalía en un área y la contraria. En la suya, con detecciones precisas como en una jugada con Baptistao. Ordenado 4-1-4-1, el Atleti pronto le arrancó la anilla al regalo para enviarlo a la red.

Un 4-1-4-1 que potencia la zancada de Llorente y en el que Griezmann, libre, hacía y deshacía. El francés generaba juego a la espalda de Samu y Roberto. Les atraía por dentro, les ganaba por fuera, aprovechando los espacios creados. Pronto Correa se unió a su juego. Ese Correa que, sin João y sin el sustituto de momento, apareció con ese ímpetu sobrenatural para cambiar las cosas. Era el hombre que llevaba la anilla en los dientes cuando en la red de Fernando sonó la campana. Le coló el balón entre las piernas, esa pelota que Griezmann le sirvió sin tocarla, solo moviéndose lo suficiente para dejarla pasar. Lo del francés no es solo el brillo, es la regularidad, ese olfato que solo tienen los genios para encontrar los espacios donde los demás solo ven pasillos.

El Atleti tuvo el segundo quince minutos más tarde. El Almería aún mirando el marcador y Llorente corre que corre por la banda, dejando senda y rivales caídos. Lideró primero un contragolpe. Envió después un zapatazo desde la frontal que volaba como bala de plata directa al corazón de la red. Koke no estaba en fuera de juego. Era legal. Pero a Kondogbia se le ocurrió meter la puntera al final para robárselo.  Total que fuera de juego y lo que no sucedió cambiaría el partido para siempre, como un disparo en el pie. Simeone salía del banquillo con la matraca de siempre. “Cinco-tres-dos” dibujó con las manos para desconectar él mismo a su equipo. El Atleti dio un paso atrás, el Almería, dos adelante.

Avisó primero Akieme, lo harían después Embarba y Baptistao, pero sería a la cuarta cuando Robertone le sacó las costuras a Witsel, con un centro lateral que Touré lo embocó con un cabezazo a la red. Así llegó el 1-1. 

Sin orden, sin puntería

Cuando el partido regresó, el Almería seguía teniendo la energía. Simeone trató de recuperarla con Barrios. Koke, lentísimo toda la tarde. Pero tantos pasos atrás había dado el Atleti que ni con esas. Robertone servía, Touré bailaba llevando peligro en cada carrera a la red. Reinildo tenía trabajo, Reinildo no dejaba de achicar. Cuando Simeone le cambió por Morata el Atleti demostró que lo suyo no es solo falta de jerarquía en su área, lo es también en la contraria, con una falta de puntería que ahoga, que mata.

Cuando entró Morata el campo se volcó hacia un Fernando que no dejaba de sacar el balón. Dos veces le negó el gol a Morata, una a Correa y otra a Griezmann. Mérito sus paradas, de mérito esa falta de puntería del Atleti que empieza a tirar de los pies hacia abajo en la tabla. Terminaría el partido con Felipe en la hierba, Reguilón con roja en la ducha y una última pelota de Barrios al área de Fernando estropeándose al encallar en Hermoso. El empate deja a los rojiblancos con un mal sabor de boca.

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Escrito por Marina Ballesteros Arróniz

Periodismo Deportivo, España, Corresponsal de AG Deportes.

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