El murciano logra su sexto Grand Slam con un triunfo cargado de personalidad, dejando claro que su rivalidad con el italiano marcará una era en el tenis
Carlos Alcaraz volvió a demostrar que está llamado a ser una de las grandes leyendas del tenis. En la final del US Open, el español derrotó a Jannik Sinner con un juego sólido, eléctrico y lleno de confianza, para conquistar su sexto título de Grand Slam y recuperar el número uno del ranking mundial.
El partido, que terminó 6-2, 3-6, 6-1 y 6-4 en poco menos de tres horas, estuvo marcado por la intensidad de Alcaraz, capaz de imponer condiciones incluso en circunstancias adversas. Ni la humedad de Nueva York ni el poderío del italiano en pista dura pudieron frenar a un jugador que, con tan solo 22 años, ya escribe páginas doradas en la historia del tenis.
Más allá del resultado, lo que dejó claro el encuentro es que la rivalidad entre Alcaraz y Sinner será uno de los motores del deporte en los próximos años. El español jugó con madurez y agresividad, sacando ventaja en los momentos clave, mientras que el italiano mostró chispazos de calidad, aunque sin la consistencia necesaria para sostener el pulso.
Con esta victoria, el murciano se coloca a la altura de nombres que marcaron época a su misma edad y reafirma que su tenis no solo es espectáculo, sino también eficacia. El futuro inmediato del circuito parece estar en buenas manos, y el debate ya no es si Alcaraz marcará una era, sino cuán grande será su legado.