Janner Corozo está en duda en Barcelona, mientras que Emelec repetiría su once en busca de salir del los últimos lugares
La tarde cae sobre Guayaquil, y con ella se levanta la pasión. A las 17h00, el estadio Monumental será testigo de un nuevo episodio del Clásico del Astillero, en el marco de la fecha 13 de la LigaPro. No es un partido más: es el choque de historia, barrio y orgullo. Es el duelo donde no importa la tabla, donde todos quieren ganar.
Barcelona SC llega como líder del torneo local, pero con el pecho golpeado por la Copa Libertadores. Las luces internacionales no le han sido favorables, y el equipo de Segundo Alejandro Castillo busca redención en casa. El “Ídolo” tiene dudas en su once: Janner Corozo, su goleador, no atraviesa su mejor momento y podría dejar su lugar a un renacido Felipe Caicedo o al dinámico Braian Oyola.
Alineación probable de Barcelona SC:
José David Contreras; Bryan Carabalí, Xavier Arreaga, Gustavo Vallecilla, Mario Pineida; Dixon Arroyo, Leonai Souza; Byron Castillo, Janner Corozo / Braian Oyola, Felipe Caicedo y Octavio Rivero.
Enfrente estará un Emelec herido y sediento de puntos. Los azules caminan por la cornisa del torneo local, ubicados en la parte baja de la tabla. Aun así, saben que un Clásico es la vitrina perfecta para resurgir. Con una plantilla corta y sin grandes rotaciones, el “Bombillo” confía en la continuidad de los suyos, buscando apagar el rugido canario en su propio templo.
Alineación probable de Emelec:
Pedro Ortiz; Aníbal Leguizamón, Luis Fernando León, Caín Fara, Jackson Rodríguez; Cristhian Valencia, Jaime Ayoví, Bryan Angulo; Alexis Zapata, Miller Bolaños y Facundo Castelli.
Segundo Castillo ya sabe lo que es ganarle a Emelec desde el banco y recuerda bien el último Clásico en casa. En aquel encuentro, Barcelona se llevó la victoria por 2-1, con goles de Janner Corozo y Álex Rangel. Ese duelo correspondió a la fecha 10 de la LigaPro, el 20 de octubre de 2024.
En el Clásico del Astillero no hay favoritos, solo valientes. Hoy se juega más que tres puntos: se juega la historia, el barrio y el corazón. Porque cuando suena el silbato, cada balón es una batalla, y cada gol, una consagración.