Luis Rubiales, se enfrenta a una dura tormenta después del polémico beso a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de medallas en el Mundial Femenino
A pesar de la expectativa de renuncia, Rubiales anunció su permanencia en el cargo, defendiendo que el beso fue «mutuo, eufórico y consentido». Frente a las críticas, Rubiales se declaró víctima de un «asesinato social» y de una «cacería» en su contra. Rubiales narró la secuencia del beso, sosteniendo que fue espontáneo en medio de la celebración. Afirmó que las acusaciones son parte de un intento por difamarlo y se declaró dispuesto a enfrentar acciones legales.
La FIFA también abrió un expediente disciplinario por su comportamiento. Rubiales enfrenta críticas por sus comentarios sobre el «falso feminismo» y llamó a diferenciarlo de la verdadera igualdad. Esta controversia pone en primer plano el debate sobre el consentimiento y el feminismo en el deporte, mientras Rubiales se mantiene en el centro de la atención mediática.