El FC Barcelona derrotó por 1-0 en el derbi a un Espanyol que mereció empatar al final. Con un gol le bastó a un equipo azulgrana que empezó gustando sin demasiadas ocasiones claras y terminó haciendo aguas al final. De Tomás, por dos veces, y Dimata tuvieron el empate al final. Memphis hizo el único gol ‘culé’ de penalti
El derbi catalán se decidió en una baldosa. El partido, igualado y emocionante, quedó resuelto gracias a un penalti de Cabrera a Memphis transformado por el neerlandés y protestado por el Espanyol. Contacto hubo. Eso está claro. ¿Suficiente? Para el colegiado, Del Cerro Grande, sí. Ahí consiguió el Barça el único gol de un partido con alternativas. Porque el equipo blaugrana derrochó entusiasmo y voluntad, sobre todo con el balón, y el conjunto blanquiazul, muy precavido hasta que se movió el marcador, generó suficientes ocasiones en el tramo final como para haber cazado un empate. No lo hubo y Xavi se estrenó en el banquillo con un triunfo tan trabajado como sufrido porque delante le falta pólvora y detrás le sobra vulnerabilidad.
Los azulgranas recuperaban enseguida tras pérdida, aunque lo cierto es que tampoco creaban peligro con sus llegadas, pues tenían escasa profundidad y eran hasta previsibles. No se rondó el primer tanto en el partido hasta un despiste tremendo de Diego López en un saque de puerta. Le regaló el balón a Nico y el penalti del Espanyol estuvo a centímetros. De inmediato, Piqué le ponía el brazo en la cara a De Tomás. Un cuarto de hora y el partido por fin parecía un derbi.
Las llegadas de los locales se sucedían, aunque Diego López no sufría en exceso para sofocar tanto un tiro de Memphis como otro desde la frontal de Sergio Busquets. El Barça tuvo un arrebato al final del primer tiempo, los mejores minutos de la ‘era Xavi’ ante un apocado equipo ‘perico’. Se llegaba al descanso con el 0-0 inicial.
A la vuelta de los vestuarios todo cambiaría muy rápido. El entrenador blaugrana introdujo a Abde, que aportó mucha profundidad y determinación, por Ilias en el flanco derecho y llegaría el penalti señalado sobre Memphis tras excelente servicio de Gavi. Al contrario que en un contacto en el primer tiempo entre David López y Nico, en esta ocasión el colegiado sí se dirigió al punto de los once metros.
Se avanzaba el Barça con la transformación de Memphis y el decorado se agitaba. Reaccionaba Moreno cambiando a Puado y David López por Morlanes y Melamed y, sobre todo, ordenando un paso adelante. Ya no dibujaba tres centrales y se ponía a buscar el empate porque si al Barça se le ataca es muy blandito. Lo comprobó De Tomás que, tras un pase largo de Aleix Vidal y fallo de Mingueza (otro), gozó de una gran oportunidad. Su remate no encontró portería. Justo antes Embarba había hecho intervenir a Ter Stegen al botar una falta lateral.
Fallaban las piernas y hasta la marca de unos hasta entonces atentos Piqué y Jordi Alba. Por la izquierda de la defensa azulgrana vino el centro que Dimata, con todo a favor y sin marca, cabeceó directamente fuera.
Más cerca estuvo De Tomás tanto en una falta directa que rozó la escuadra como en otro cabezazo, este a centro desde la derecha con Nico y Mingueza lesionados en la misma acción. El remate del nuevo internacional español impactó directamente en la madera.
Los últimos minutos y los seis de añadido los vivió Xavi casi rezando, con un Barça con vestigios del de Koeman, que achicaba agua y dejó una imagen deplorable. Un final de derbi a años luz del prometedor inicio ‘culé’, clara enseñanza para un técnico obligado a aprender por la vía rápida. El martes ya le espera un Benfica con colmillos y la continuidad en la Champions en el aire.
Fotos: FC Barcelona
Twitter: @alexgomezse