Después de 7 victorias, 2 empates y 5 derrotas, Ecuador está a un paso de Catar. En un inicio, no se pedía mucho: borrar la necedad de rogar a quienes no querían volver y una selección joven. Gustavo Alfaro entendió bien ambas; en especial esta última.
La nueva generación de ‘La Tri’ tiene un promedio de 24 años con jugadores a la altura de la competencia. Pero -porque para todo hay un pero- las dudas entraban por el medio/extremo izquierdo. O al menos, lo hacían hasta que llegó Jeremy Sarmiento
Un par de meses atrás, sonó la noticia de un muchacho de 19 años nacido en España que debutaba en el Brighton & Hove Albion de Inglaterra. Los medios lo presentaron como importante. Era de raíces ecuatorianas y anteriormente había sido convocado para la Selección Sub-17 de ese mismo país, al que se había mudado desde sus 7 años. Pasó por el Charlton, saltó al Benfica y en su presentación con las ‘Gaviotas’ consiguió la primera convocatoria a la Selección de Ecuador.
Su debut en la goleada 3-0 a Bolivia en Guayaquil no terminó de ser sólido. Alfaro lo planteó a jugar por banda, sin embargo, no logró desequilibrar a la defensa ‘verde’. El partido se cerró con la victoria y las sensaciones de Sarmiento se mantuvieron discretas, pues ganarse el puesto era difícil. Por esa banda ya se probaron Beder Caicedo, Joao Rojas, Adolfo Muñóz, Ayrton Preciado, Gonzalo Plata, Renato Ibarra y el mismo Pervis Estupiñán; pero al final, ninguno daba garantías. Era complejo pensar que dos partidos le bastaron para mostrar que, futbolísticamente, no fue formado en Ecuador.
Las dudas se resuelven con juventud
Cuando saltó de titular ante Venezuela como una especie de Falso 9 o mediapunta, las transiciones fueron distintas: recibía y giraba; tocaba y pausaba cuando necesario; nunca olvidaba levantar la cabeza. Esto último pareciera absurdo de pedirse a un profesional, pero sí, es una virtud; la de querer ser preciso. Todo transcurría mientras ganaba confianza y soltaba un par de regates sin miedo al mano a mano; ganándolos, por supuesto. Así, fue fácil decir: un jugador que encare, regatée y toque rápido es digno de ir por banda.
La graduación llegó en el partido frente a Chile. Nuevamente fue titular; ahora como extremo izquierdo y con más labores. Además del traslado ofensivo -que a propósito, siempre debía salir entre marcas de dos a tres adversarios-, su trabajo de anticipo fue prometedor. Poco a poco demostró que su lectura del juego es interesante, sin necesidad de un desgaste desmesurado. Entendió que no se debe perseguir al balón, sino romper la estrategia del rival. Cuando recuperaba, le bastaba con girar, avanzar varios metros con el balón y entregar. Suena poco, pero ninguno de los mencionados reunía todas estas peculiaridades.
En poco más de un año, Alfaro está cerca de su objetivo: consolidar una base que dure de aquí hasta dos o tres eliminatorias más. De ahí que, llegar al Mundial de Catar 2022 venga parte del proceso, es muy bienvenido. De a poco se resuelven las dudas y por el momento, todas han sido con más juventud. Ahora, solo queda acostumbrarse -eso espero- a ver a Jeremy en la lista de convocados para rato. En los entrenamientos, los bailes y alineaciones titulares.
Foto: Archivo – Cuenta oficial ‘La Tri’
One Comment